Colombia: Tierra de Trúhanes

31.05.2021

Las amenazas muchas veces son más difíciles de evidenciar que los logros en favor de una nación debido a lo desagradecida de la condición humana. 

Por: Luis A. Vanegas Espinosa 

Algunos movimientos calculados y siniestros de profundos intereses más materiales que ideológicos, solo buscan el mínimo error para atacar cual jauría de lobos hambrientos y sedientos atizando un fuego del inconformismo ya presenté por muchos años de desigualdad y de oportunidades.

Otros movimientos, son sutiles en sus intenciones y refinados en su ejecución, esa realmente es la situación; unos queriendo manipular a su antojo el gobierno de turno y otros desde una oposición manejan y manipulan esta nación de inconformes. Así mismo, otros buscan desde sus partidos ser crudos, brutales pero precisos y sin remordimientos a la hora de sacrificar la población, pues su interés es aún mayor. Su triunfo no es servir desde una posición, su real interés es el poder para subyugar a una nación de idiotas útiles, que a la sombra de la comodidad y del escaso esfuerzo y sacrificio buscan migajas.

Aunque una cosa son las ideas y otras las intenciones, ambas condiciones pueden estar deslegitimadas por un pasado oscuro y criminal, por eso esta nuestra nación con su gente buena y trabajadora, honesta que se sacrifica día a día, la que sufre, la que se levanta cada mañana a forjar un mejor país; debe entender que las amenazas a la democracia son siempre posibles y hay que esperarlas pero también entender que pueden ser más peligrosas cuando provienen de un adversario que parece tener perdido el juego en la historia.

Pareciera entonces un simple juego de ajedrez, pero es la política colombiana llena de mañas, politiquerías y politiqueros de turno, jamás será un ejercicio de verdaderos patriotas.

Hoy Colombia demanda y requiere de unos verdaderos líderes, la pérdida de credibilidad de los partidos tradicionales llevó a la nación al abismo en que hoy se encuentra, aunque no es algo aislado en el continente, pues para nadie es un secreto que Colombia seria la joya de la corona para los grupos de izquierda que hoy pretenden tomar el control de toda Latinoamérica.

Pareciera que muchos se quieren lanzar al abismo aun conociendo lo que les espera, olvidan algunos que se quieren autoproclamar líderes, que a pesar de la indulgencia del estado y de haber gozado por mucho tiempo de los beneficios del populismo y la demagogia, el pasado no perdona. Para el infortunio de Colombia, la idiosincrasia y la historia de un pueblo que siempre se ha caracterizado por resolver las diferencias con violencia, continua por el mismo camino, evitando resolver diferencias por la vía democrática, sino a través, de violencia con la forma más vil, manipulando un paro para convertirlo gracias a la inconciencia e intolerancia del pueblo, en un campo de barbarie y destrozos de lo privado, de lo que con mucho esfuerzo los ciudadanos de bien y entregando varios años de su vida al trabajo duro y con esfuerzo para generar progreso y un mejor país; hoy vemos como el populismo quiere desestabilizar la democracia de la forma más soterrada para pasar desde las sombras como redentores de un caos que ellos mismos provocaron.

Lamentablemente de nuevo estaremos en el sitial de uno de los países más barbaros del planeta, hoy estamos en tierra de trúhanes, como consecuencia de una estrategia maquiavélica que se venía fraguando desde muchos años atrás con las guerrillas comunistas que hoy no son más que simples delincuentes desprestigiados. En el año 2019 se hizo el primer intento y gracias al brote del virus del Covid-19, fue suspendido momentáneamente y desafortunadamente tomo de nuevo fuerza ante la necesidad y el afán de cumplir con los planes trazados desde cuba, con la anuencia de muchos sectores incluso de ONG´s .

Generar una crisis política y social en Colombia solo busca asfixiar el estado social de derecho para implantar un nuevo orden con un nuevo sistema político copiado de países como Venezuela, Bolivia y Ecuador entre otros; un nuevo orden social que buscan vender a la gente menos favorecida con discursos de inconformismo acudiendo a sus necesidades como bandera de guerra para reclamar y exigir todo por la fuerza, gratis y sin trabajar; invocando la igualdad de unos derechos que idiotizan a quienes tiene poco pero lo peor es que quienes quieren todo regalado y fácil. Se creen con el derecho de exigirlo y reclamarlo pretendiendo con la fuerza lograr su cometido.

Por lo anterior, estimular la subsistencia de estos actos vandálicos es lo que por mucho tiempo se ha denominado como la guerra política y jurídica que siempre ha promulgado el sector comunista y socialista sin dejar de lado las acciones armadas subversivas urbanas y rurales, que solo buscan provocar a un estado y llevarlo a deslegitimar el verdadero estado social de derecho. Es quizás la estrategia de la cual se valen aquellos que incitan en la penumbra, que no dan la cara pero que reflejan su gran capacidad de odio hacia la nación.

Lamentablemente esas estrategias golpean duramente la justicia y el actuar de la fuerza pública, más aún cuando esta la nación próxima a unas elecciones; quizás buscando la mejor forma de desequilibrar la balanza política en este gran tablero donde hay muchos intereses en juego. Se esta llevando al ciudadano sin darse cuenta a que tome partido antes de las elecciones de senado y cámara manipulando su ya conocido inconformismo.

Otra de las estrategias de manipulación es la de medios informativos y el juego que algunos le hacen a los vándalos y terroristas, así como a sus promotores; esta es otra faceta que se está utilizando sin medir las consecuencias a tal punto que los medios extranjeros tergiversan la información y generan en la opinión internacional un imaginario negativismo hacia el gobierno y sus instituciones. La correcta aplicación de los códigos de ética de un gran sector del periodismo colombiano permitiría mostrar con veracidad hechos amañados y contados a medias desde una perspectiva poco ortodoxa que alguna vez podría considerarla una apología al delito de parte de algunos comunicadores, que entre otros incitan al odio de la manera más descarada pero sutil.

Entender con mayor claridad la raíz de esta situación a la que hemos llegado como nación nos remontaría a la patria boba, a esas diez guerras que hemos librado a lo lago de historia republicana y que nunca le han traído nada bueno a esta nación; siempre existirá algún inconforme, un resentido, un perdedor que no concibe su derrota, pero en épocas más recientes hablar de conflicto interno, de guerrillas, de ideologías con ríos de sangre y dolor de madres, hijos y familiares. 

Trasegar indiscutible por más de 60 años hasta que el narcotráfico y la corrupción desdibujaron ideologías e ideales mostrando lo que realmente son en esencia los que conforman estos grupos, son unos criminales de poca monta que buscan aumentar un caudal de seguidores para que desde sus filas se generalice un caos en el país; pero a su vez ir deslegitimando la credibilidad del estado y del gobierno de turno por la forma mediática y descarada de su actuar provocando en muchas ocasiones la ira del e impotencia del elector primario.

Entender un conflicto con tantos ingredientes y que para muchos están lejos de ser de lo que realmente dieron su origen a ese desarrollo sangriento y desolador por tantos años, que se configura como tal en un inconformismo generalizado pone en la mesa dos aspectos fundamentales: el primero, que desde los gobiernos de turno no se dio una verdadera transparencia en el actuar del estado y de sus funcionarios para con lo público y su servicio hacia los ciudadanos como receptores finales de unas condiciones para una mejor calidad de vida en el suelo patrio con mayores oportunidades; de igual, el segundo aspecto la astucia maquiavélica para que desde la izquierda se haya sostenido un conflicto por tantos años auspiciado por sectores internacionales que solo han causado sosiego en la sociedad colombiana convirtiéndonos en buenos y en malos, olvidándonos por completo del fin común.

Colombia una nación que lo merece todo, pero quizás a la que no merecemos, esa es una reflexión que nos debiéramos hacer muy profundamente como colombianos. 

Bibliografía: 

Bajo el fuego de las presiones (cuerpo de Generales y Almirantes en retiro.)

La cara oculta del enemigo (Fernando Antonio Vargas)

Manual de iniciación al ajedrez (I.A. Horowitz y F. Reinfeld)

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Oscar Rojas - CP-CPM
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