Efectos económicos de la pandemia COVID-19, en materia de inversión en Colombia
La emergencia sanitaria provocada por la enfermedad del COVID-19 tiende
a convertirse en un hito histórico que marcará el siglo XXI por las
consecuencias sociales y económicas sobre gran parte de la población
mundial (Cardona-Arenas & Serna- Gómez, 2020).
Por: José L. Villafañez
Los retos y avances socioeconómicos de algunas economías emergentes latinoamericanas serán difusos por cuenta de la coacción fiscal que supone medidas inesperadas y quizás desesperadas en un escenario de incertidumbre financiera para la inversión extranjera y doméstica. En Colombia las consecuencias de la pandemia, aún son incuantificables al estar aún sumergidos en esta crisis, pero es evidente que ha impactado drásticamente los agregados macroeconómicos, en especial el aumento en un 12% de la tasa de desempleo y un leve crecimiento de la economía en 1,1% en el primer trimestre 2020 y no en un 3,5% como se había proyectado, de acuerdo a cifras del DANE (2020).
Lo anterior ha incidido de manera significativa en el ingreso y consumo de los hogares, la inversión, gasto del gobierno y exportaciones, como lo refiere Keynes "esos 4 componentes son el producto de bienes y servicios de una economía" (Jahan, S, 2014). Es decir cualquier aumento de la demanda debe surgir de alguno de ellos.
La crisis actual ha despertado en todos los agentes económicos una gran incertidumbre y desconfianza para efectuar gastos e inversiones, más aun cuando solo se ha vacunado el 10% de la población nacional y el número de fallecidos, día a día aumenta, trayendo consigo la extensión de las cuarentenas y el confinamiento obligado, que se traducen en una baja productividad y por ende, despidos masivos. Keynes (1996), señala "la incertidumbre que rodea la inversión, existen factores sicológicos para invertir, desde su lectura del problema se presenta una actitud sicológica respecto a la demanda por dinero (liquidez)".
Para lo cual, el gobierno nacional ha aplicado políticas activas, aumentando el gasto público de forma expansiva, haciendo entrega de subsidios a los más vulnerables y exoneración de algunos impuestos y servicios, con el propósito de impulsar el consumo y alivianar un poco el aumento de la tasa de desempleo, asimismo, DANE (2020), afirma "El banco de la república inició una política monetaria expansiva bajando las tasas de interés a 3,75% para incentivar la inversión, activar, dinamizar y promover el consumo que representa alrededor del 70% del PIB". Sin embargo esto no ha sido suficiente para acercar al sitial de economía emergente en que se encontraba el país, definidas como "países de bajos ingresos y rápido crecimiento que utilizan la liberalización económica como herramienta principal para alcanzar el crecimiento" (Hoskisson, Eden, Lau y Wright, 2000, p. 249).
Tal como, lo muestran algunos indicadores: Colombia, en materia de tasa de desempleo mantenía un porcentaje entre el 9% y 10 %, entre los años 2015-2019, para el 2020 se posiciona en un 15, 9%, sostenía un promedio de exportaciones mensuales de 4.000 millones de dólares entre los años 2016-2019, el cual para el 2020 se redujo a 2.500 millones de dólares, una inversión extranjera que venía entre los 3.500 a 4.500 millones de dólares entre los años 2016-2019, para el 2020 disminuyó a 1.500 millones de dólares (Banco República, 2021). Pese a los esfuerzos del gobierno, instituciones y empresarios para mitigar los efectos de este fenómeno negativo (pandemia), no han sido suficientes para reactivar la economía, entendiendo que la inversión extranjera, de acuerdo al Banco de la República (2021); "durante el primer mes de 2021 fue de US$592,9 millones, lo que representó una disminución del 54,3 % en comparación con el mismo mes de 2020, cuando fue de $1.300,1 millones". Más cuando la base de la economía se concentra en la minería, el petróleo y sus derivados, exponiéndose a presiones de ingresos y oscilación de divisas que impactan radicalmente el sector primario y secundario de la economía nacional, (Cifras del DANE 2020 revelan que estas actividades representan un 39% del total de las exportaciones).
En consecuencia, el proceso de producción, soportado en reponer el stock de capital: equipos, maquinas, instalaciones, infraestructura se ve limitado, impidiendo el incremento y crecimiento futuro de la economía y de generación de empleo, determinando la importancia de la inversión.
Por ende, se hace necesario que los agentes económicos, en cabeza del gobierno reactiven la economía incentivando la confianza de los inversionistas y consumidores, por un lado implementar la teoría general de Keynes, constituyendo la demanda agregada (Landreth, H., & Colander, D. C. 2006); aumentando el gasto público para establecer un mínimo vital para personas, hogares y empresas, continuar con la disminución de los impuestos y ampliación de plazos para el pago a los comerciantes y empresarios, activación de créditos para pequeñas y medianas empresas con facilidades de pago.
Como economía emergente, Colombia debe despertar el interés de la inversión extranjera, fortaleciendo su infraestructura con solides jurídica y financiera, así como, la generación de otras opciones diferentes a los hidrocarburos o minerales.
Rerefencias:
Adaui, P. L. XI Congreso de la Asociación Española de Historia Económica.
Banco de la Republica.
Cardona-Arenas, C. D. & Serna-Gómez, H. M. (2020). COVID-19 and Oil Prices: Effects on the Colombian Peso Exchange Rate. DOI:
Departamento Administrativo Nacional de Estadística. (DANE-2020),
Hoskisson, R., Eden, L., Lau, C., & Wright, M. (2000). Strategy in emerging economies. Academy of Management Journal, 43(3), 249-267
Jahan, S., Mahmud, A. S., & Papageorgiou, C. (2014). ¿Qué es la economía keynesiana. Obtenido de Finanzas y Desarrollo del FMI: goo. gl/fcR3Bp.
Landreth, H., & Colander, D. C. (2006). Historia del pensamiento económico. McGraw-Hill.