Estados Unidos Esperó Demasiado Para Retirarse de Afganistán

20.08.2021

No había una buena forma de que Estados Unidos saliera de la fallida guerra en Afganistán. 

Foto: CNAS
Foto: CNAS

Por: Paul Scharre (USA-TODAY-Art. original en inglés)

El presidente Joe Biden heredó una posición estratégicamente insostenible: una fecha límite inminente para la retirada, un acuerdo al que los talibanes no se habían adherido y muy pocas tropas estadounidenses en el terreno para frenar los avances de los talibanes. Las únicas opciones eran escalar, enviando miles de tropas estadounidenses más para luchar contra los talibanes o completar la retirada.

El problema central detrás del repentino colapso del gobierno afgano no es que Estados Unidos se retiró demasiado pronto o demasiado apresuradamente, sino que esperó demasiado. Una vez que el gobierno de Estados Unidos anunció su intención de retirarse, las fuerzas del gobierno afgano simplemente colapsaron. La debilidad y la corrupción en el gobierno de Afganistán han sido evidentes durante años y los talibanes han ido ganando terreno de manera constante. 

Estados Unidos había intentado durante mucho tiempo hacer la transición de la guerra a una base sostenible en la que las fuerzas afganas pudieran defenderse de los talibanes con una participación estadounidense reducida. Este esfuerzo fracasó, y su fracaso había sido evidente durante años.

El desastre que se desarrolla hoy es el producto de años de mala gestión y negligencia estratégica en Afganistán a lo largo de cuatro presidencias, demócrata y republicana, tanto por parte de líderes militares como civiles. Tanto los presidentes Barack Obama como Donald Trump se comprometieron a poner fin a la guerra de Estados Unidos en Afganistán.

Solo Biden tuvo el coraje de hacerlo. La situación que se desarrolla en Afganistán es desgarradora, pero la alternativa habría sido peor: seguir desperdiciando vidas estadounidenses en una guerra imposible de ganar. Retrasar la retirada solo habría pospuesto lo inevitable. Otros cinco años u otros 20 años de participación estadounidense en Afganistán no habrían cambiado el resultado.

Estados Unidos ahora debe concentrarse en evacuar de manera segura a los diplomáticos estadounidenses, así como a los socios afganos y sus familias que han ayudado a Estados Unidos. Las operaciones militares estadounidenses pasarán a una misión antiterrorista sobre el horizonte utilizando drones lanzados desde fuera de Afganistán para evitar que los grupos terroristas restablezcan refugios seguros. Estados Unidos ha construido un impresionante aparato antiterrorista durante las últimas dos décadas y no volverá a la postura antiterrorista anterior al 11 de septiembre. El fracaso de Estados Unidos de dos décadas de construcción nacional en Afganistán debería impulsar una reevaluación sobria de los límites del poder militar. 

Paul Scharre: es vicepresidente y director de estudios del Center for a New American Security. Se desempeñó como soldado de infantería en el 75º Regimiento de Guardabosques del Ejército y completó múltiples viajes a Afganistán.


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Oscar Rojas - CP-CPM
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