La historia, y la inclinación de Putin por el riesgo, sugieren que es probable que se mantenga firme.

Por: Andrea Kendall-Taylor

Ahora estamos a tres semanas de la guerra de Rusia con Ucrania. A medida que aumentan las bajas y la destrucción, muchos se preguntan cómo podría terminar.

Anticipar la trayectoria de la guerra es difícil, sobre todo porque las decisiones sobre su futuro residen casi en su totalidad en un solo hombre: el presidente ruso, Vladimir Putin. Sin nadie en el sistema ruso para controlarlo o restringirlo, la política rusa y los caprichos de Putin son lo mismo. Esta es la realidad con autoritarios personalistas como Putin: lo único predecible sobre ellos es su imprevisibilidad.

Así como la decisión de Putin de hacer la guerra sorprendió a muchos, también lo harán sus decisiones en los próximos días y semanas. Es posible que en medio del creciente descontento con una guerra que muestra ganancias limitadas en el campo de batalla, Putin disminuya sus demandas para facilitar el fin de la destrucción. Debido a que no hay un politburó o partido político para navegar o ninguna ideología coherente a la que ajustarse, Putin tiene la libertad de cambiar de rumbo.

El control del Kremlin sobre el espacio de información de Rusia, que no ha hecho más que crecer desde que comenzó la guerra, significa que Putin podría vender un acuerdo a su público. Putin ha dicho que busca garantizar la neutralidad y la desmilitarización de Ucrania, la aceptación del control ruso sobre Crimea y la independencia de las regiones en la región oriental de Donbass de Ucrania. Putin ya parece haberse alejado de su objetivo de cambio de régimen en Kiev y podría pasar a aceptar soluciones creativas en temas como la desmilitarización.

Las sanciones internacionales seguirán perjudicando al ruso promedio, pero Putin podría juzgar que reducir sus objetivos para terminar la guerra antes en lugar de dejar que aumenten las bajas rusas le brinda la mejor oportunidad de permanecer en el poder, su prioridad número uno.

Eso es posible. Pero la propia inclinación de Putin por el riesgo y los patrones evidentes en otros regímenes autoritarios sugieren que el resultado más probable es redoblar esfuerzos para asegurar sus objetivos maximalistas en Ucrania. Como dijo la directora de inteligencia nacional de EE. UU., Avril Haines , esta es una guerra que Putin sabe que "no puede darse el lujo de perder".

Ese juicio se deriva de dos dinámicas interrelacionadas. Primero, una derrota militar rusa, o incluso una larga rutina que socava la percepción de la competencia de Putin, debilitaría su control del poder. En segundo lugar, e igual de crítico, está el destino que Putin espera que le aguarde en caso de que pierda el poder. Si Putin es derrocado, los antecedentes de líderes similares sugieren que es muy probable que Putin sea encarcelado, exiliado o asesinado.

Esto hace probable que Putin luche intensamente, más intensamente que otros líderes que esperan un retiro tranquilo, para impedir tal resultado. En Ucrania, Putin se esforzará para evitar cualquier percepción de pérdida y obligará a los ucranianos a doblegarse a su voluntad.

La propia historia de Rusia subraya la precaria posición en la que se encuentra Putin ahora. Como señaló acertadamente Leon Aron , del American Enterprise Institute , varios líderes rusos del pasado han sido castigados por la derrota militar: "La guerra de Crimea (1853-1856) precipitó la revolución liberal del emperador Alejandro II desde arriba. La Guerra Ruso-Japonesa (1904-1905) provocó la Primera Revolución Rusa. La catástrofe de la Primera Guerra Mundial resultó en la abdicación del emperador Nicolás II y la revolución bolchevique. Y la guerra en Afganistán se convirtió en un factor clave en las reformas del líder soviético Mikhail Gorbachev".

Artículo en: https://foreignpolicy.com/2022/03/17/putin-russia-ukraine-war-end/